lunes, 14 de junio de 2010

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realismo y costumbrismo

Costumbrismo


El costumbrismo es una tendencia o movimiento artístico que pretende que la obra de arte sea una exposición de los usos y costumbres sociales. El costumbrismo se extiende a todas las artes, pudiendo hablar de cuadros, historieta o novelas costumbristas; siendo el folclore a menudo una forma de costumbrismo. El costumbrismo tiene una consideración transversal a lo largo de la historia del arte, pudiendo darse en cualquier momento de esta; sin embargo, se tiende a hablar de costumbrismo especialmente relacionado para los autores a partir del siglo XIX.

El costumbrismo, a diferencia del realismo con el que se halla estrechamente relacionado, no realiza un análisis de esos usos y costumbres que relata. Por tanto es un mero retrato sin opinión de esas costumbres, motivo por el que a menudo se habla de cuadros costumbristas para referirse a cualquiera de estas manifestaciones, no sólo a las pictóricas.

Costumbrismo literario
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El costumbrismo literario' es la aplicación del movimiento artístico conocido como costumbrismo a las obras literarias. El costumbrismo literario consiste en reflejar los usos y costumbres sociales sin analizarlos ni interpretarlos, ya que de ese modo se entraría en el realismo literario, con el que se haya directamente relacionado. Así, se limita a la descripción, casi pictórica, de lo más externo de la vida cotidiana. Por lo general se da en prosa más que en verso, lo cual no quiere decir que sea privativo; el género teatral ha dado grandes obras costumbristas.[1]

Dentro de obras de mayor calado y de diferentes estilos se da el incluir cuadros costumbristas a lo largo de toda la historia de la literatura y no sólo en el siglo XIX, cuando tuvo su apogeo este tipo de literatura, especialmente en la literatura española.

"Tendencia o género literario que se caracteriza por el retrato e interpretación de las costumbres y tipos del País. La descripción que resulta es conocida como "cuadro de costumbres" si retrata una escena típica, o "artículo de costumbres" si describe con tono humorístico y satírico algún aspecto de la vida.".

Realismo literario


Para otros usos de este término, véase Realismo.
El Realismo literario es una corriente inventada por el escritor y contertulio francés Jules Champfleury (1821-1889), quien por primera vez definió su arte como ‘realista’. El realismo literario se halla inscrito de un movimiento más amplio que afecta también a las artes plásticas, al cine (Neorrealismo), a la fotografía (que surge con él en el siglo XIX), y a la filosofía de la ciencia (Karl Popper y Mario Bunge). Las obras realistas pretenden testimoniar documentalmente la sociedad de la época y los ambientes más cercanos al escritor, en oposición a la estética del Romanticismo, que se complacía en ambientaciones exóticas y personajes poco corrientes y extravagantes. La estética del Realismo, fascinada por los avances de la ciencia, intenta hacer de la literatura un documento que nos pueda servir de testimonio sobre la sociedad de su época, a la manera de la recién nacida fotografía. Por ello describe todo lo cotidiano y típico y prefiere los personajes vulgares y corrientes, de los que toma buena nota a través de cuadernos de observación, a los personajes extravagantes o insólitos típicos del anterior Romanticismo. Esta estética propugna a su vez una ética, una moral fundamentada en la moderación y síntesis de cualquier contradicción, la objetividad y el materialismo.

En cuanto a los procedimientos literarios del Realismo, son característicos el abuso de la descripción detallada y prolija, enumeraciones y sustantivos concretos; el uso del párrafo largo y complejo provisto de abundante subordinación, la reproducción casi magnetofónica del habla popular, tal cual se pronunciaba y sin corrección alguna que pretenda idealizarla, y el uso de un estilo poco caracterizado, un lenguaje "invisible" que exprese personajes, hechos y situaciones objetivamente sin llamar la atención sobre el escritor.

Al igual que el Romanticismo, el Realismo tuvo dos corrientes, una conservadora, que alababa las viejas costumbres populares (José María de Pereda, Juan Valera, Gustave Flaubert) y otra progresista, caracterizada por la denuncia social (Benito Pérez Galdós, Leopoldo Alas «Clarín»).

Características
Los rasgos fundamentales del Realismo son los siguientes:

Procura mostrar en las obras una reproducción fiel y exacta de la realidad.
Hace un uso minucioso de la descripción, para mostrar perfiles exactos de los temas, personajes, situaciones e incluso lugares; lo cotidiano y no lo exótico es el tema central, exponiendo problemas políticos, humanos y sociales.
Rechaza el sentimentalismo, muestra al hombre objetivamente pues da toques de una realidad dura.
El lenguaje utilizado en las obras es coloquial y crítico, ya que expresa el habla común y corriente.
Así como rechaza lo sentimental, de igual forma lo espiritual, dando como resultados toques individualistas.
Las obras muestran una relación mediata entre las personas y su entorno económico y social, del cual son exponente; la historia muestra a los personajes como testimonio de una época, una clase social, un oficio, etc.
Temas relacionados con los problemas de la existencia humana.
El autor analiza, reproduce y denuncia los males que aquejan a su sociedad.
Transmitir ideas de la forma más verídica y objetiva posible.
En pocas palabras el realismo pretende reflejar la verdad tal y como es.

modernismo

Modernismo anglosajón
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Para otros usos de este término, véase Modernismo.
Por modernismo anglosajón se conoce en líneas generales la literatura vanguardista en lengua inglesa, la cual vio su apogeo entre 1900 y 1940. El modernismo se desarrolló principalmente en Europa, por lo que muchos escritores estadounidenses se trasladaron a Londres o París que eran en ese momento las cunas de la cultura artística. Cabe esclarecer que en la literatura en inglés el término modernismo se emplea más para designar una época que un movimiento literario uniforme, aunque éste estaba igualmente influido por las vanguardias continentales y por el deseo de ruptura con la herencia victoriana, por lo que en términos generales, se engloba bajo el término modernista a toda la producción literaria de escritores norteamericanos y del Reino Unido de la primera mitad del siglo XX.

A pesar de ser un grupo heterogéneo, se puede decir que los escritores modernistas tienen en común el rechazo de su herencia inmediata y de la representación realista. Se caracterizan por la voluntad de jugar con las expectativas del lector, el psicoanalizar a sus personajes empleando técnicas como el monólogo interior, o mezclar argot callejero con cultismos y latinismos. En poesía, los modernistas experimentan con el verso libre y añaden oscuras alusiones e imágenes disconexas y hay una gran tendencia en vincular la poesía con la imagen y las artes plásticas. Por la dificultad que este tipo de literatura entraña, especialmente en poesía, pues para muchos no era posible el leer y comprender textos modernistas, se suele decir que la poesía de comienzos del siglo XX tiene un carácter elitista

realismo magico

Realismo mágico
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Para otros usos de este término, véase Realismo.
El realismo mágico es un género metalingüístico y literario de mediados del siglo XX. El término fue inicialmente usado por un crítico de arte, el alemán Franz Roh, para describir una pintura que demostraba una realidad alterada, término que llegó a nuestra lengua con la traducción en 1925 del libro Realismo mágico (Revista de Occidente, 1925) pero más tarde, en 1947, fue introducido a la literatura hispanoamericana por Arturo Úslar Pietri en su ensayo El cuento venezolano [1] . Señala Úslar: Lo que vino a predominar en el cuento y a marcar su huella de una manera perdurable fue la consideración del hombre como misterio en medio de datos realistas. Una adivinación poética o una negación poética de la realidad. Lo que a falta de otra palabra podrá llamarse un realismo mágico [2] .

El crítico venezolano Víctor Bravo señala que la noción de Realismo Mágico nació casi de manera simultánea junto a la de Real maravilloso: "La formulación inicial de una y otra noción -como referencia a un modo de producción literaria latinoamericana- se hace casi de manera simultánea. En 1947, Arturo Úslar Pietri introduce el término "realismo mágico" para referirse a la cuentística venezolana; en 1949 Alejo Carpentier habla de "lo real maravilloso" para introducir la novela El reino de este mundo"[3] .

Como referente literario previo al uso del término realismo mágico por parte de Úslar Pietri debe citarse a Massimo Bontempelli quien, en 1919, "conquista gran popularidad al publicar sus novelas del ciclo la 'Vida intensa', iniciándose en una literatura –según nota de Nino Frank en el 'Dictionaire des Auteurs', de Laffont-Bompiani– que sacrifica la corriente convencional de la época, a la manera de Anatole France, convirtiéndose en una especie de apóstol de lo que se conoció como “realismo mágico”"[4] .

Se considera que es la novela Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos, la iniciadora de esta corriente literaria.

Entre sus principales exponentes están el guatemalteco Miguel Ángel Asturias y el colombiano Gabriel García Márquez, ambos galardonados con el Premio Nobel de Literatura, aunque muchos aclaman como padres del realismo mágico a Juan Rulfo con Pedro Paramo, Arturo Uslar Pietri con su cuento La lluvia (1935), José de la Cuadra, Pablo Neruda y otros. Jorge Luis Borges también ha sido relacionado al realismo mágico pero su negación absoluta del realismo como género o una posibilidad literaria lo pone contra este movimiento. Laura Esquivel de México con Como agua para chocolate y Alejo Carpentier, de Cuba, en su prólogo al Reino de este mundo, define su escritura inventando el concepto de real maravilloso, que a pesar de sus semejanzas con el realismo mágico de Gabriel García Márquez, no se tiene que asimilar con él. El realismo mágico se desarrolló muy fuertemente en las décadas del '60 y '70, producto de las discrepancias entre dos visiones que convivían en Hispanoamérica en ese momento: la cultura de la tecnología y la cultura de la superstición. Además surgió como modo de reaccionar mediante la palabra a los regímenes dictatoriales de la época. Sin embargo, existen textos de este tipo desde la década de 1930, de la mano de las obras de José de la Cuadra, en sus nouvelles como La Tigra.

El realismo mágico se define como la preocupación estilística y el interés de mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano y común. No es una expresión literaria mágica, su finalidad no es la de suscitar emociones sino más bien expresarlas y es, sobre todas las cosas, una actitud frente a la realidad. Una de las obras más representativas de este estilo es Cien años de soledad de Gabriel García Márquez.

El realismo mágico comparte ciertas características con el realismo épico, como la pretensión de dar verosimilitud interna a lo fantástico e irreal, a diferencia de la actitud nihilista asumida originalmente por las vanguardias como el surrealismo.

Una vez Gabriel García Márquez dijo: “Mi problema más importante era destruir la línea de demarcación que separa lo que parece real de lo que parece fantástico. Porque en el mundo que trataba de evocar, esa barrera no existía. Pero necesitaba un tono inocente, que por su prestigio volviera verosímiles las cosas que menos lo parecían, y que lo hiciera sin perturbar la unidad del relato. También el lenguaje era una dificultad de fondo, pues la verdad no parece verdad simplemente porque lo sea, sino por la forma en que se diga.” [cita requerida]

Contenido
1 Aspectos destacables del Realismo mágico
2 Características del Realismo mágico
2.1 Personajes
2.2 Tiempo
3 Referencias

Aspectos destacables del Realismo mágico
Los siguientes elementos están presentes en muchas novelas del realismo mágico, pero no necesariamente todos se presentan en las novelas y también otras obras pertenecientes a otros géneros pueden presentar algunas características similares.

Contenido de elementos mágicos/fantásticos, percibidos por los personajes como parte de la "normalidad".
Elementos mágicos tal vez intuitivos, pero (por lo regular) nunca explicados.
Presencia de lo sensorial como parte de la percepción de la realidad.
Se puede apreciar en el contenido de la novela, representaciones de mitos y leyendas que por lo general son latinoamericanas. Incluso, en el libro Cien años de soledad, se hace alusión al mito de la humanidad, en el momento en que Adán y Eva se marchan del jardín del Eden.
Contiene multiplicidad de narradores (combina primera, segunda y tercera persona), con el fin de darle distintos puntos de vista a una misma idea y mayor complejidad al texto.
El tiempo es percibido como cíclico, no como lineal, según tradiciones disociadas de la racionalidad moderna.
Se distorsiona el tiempo, para que el presente se repita o se parezca al pasado.
Transformación de lo común y cotidiano en una vivencia que incluye experiencias "sobrenaturales" o "fantásticas".
Preocupación estilística, partícipe de una visión "estética" de la vida que no excluye la experiencia de lo real.
El fenómeno de la muerte es tomado en cuenta, es decir, los personajes pueden morir y luego volver a vivir.
Planos de realidad y fantasía: hay hechos de la realidad cotidiana combinándose con el mundo irreal, fantástico, del autor, con un final inesperado o ambiguo.
Escenarios americanos: en mayoría ubicados en los niveles más duros y crudos de la pobreza y marginalidad social, espacios donde la concepción mágica, mítica, aún es "vida real".
Los hechos son reales pero tienen una connotación fantástica, ya que algunos o no tienen explicación, o son muy improbables que ocurran.
El autor se encuadra fuera de España.
Se refiere a la novedad de los personajes irreales que siempre actuan sin actuar, es decir, que la copiosidad del personaje se ve reflejada en cada letra de la novela.
Características del Realismo mágico
] Personajes
Los personajes presentes en las obras de esta corriente suelen tener viajes, no solo de tipo físico, como los que sufren los personajes de las obras criollistas, por dar un ejemplo, sino que éstos cambian de espacios y tiempos desde sus pensamientos y su estado onírico.

Tiempo
Encontramos 4 posturas:

Tiempo cronológico: Las acciones siguen el curso lógico del tiempo.
Ruptura de planos temporales: mezcla de tiempo presente con tiempo pasado (regresiones) y tiempo futuro (adelantos).(La noche boca arriba de Julio Cortazar)
Tiempo estático: El tiempo cronológico se detiene, es como si no trascendiera.
Tiempo invertido: Es el más contradictorio: considerar la noche día cuando leemos: "Era el amanecer", "Se hizo la noche", entre otras.
Referencias
1.↑ Arturo Úslar Pietri, El cuento venezolano en 'Letras y hombres de Venezuela', Madrid, Editorial Mediterráneo (3era. edición: 1974)
2.↑ Citado por Víctor Bravo en Magias y maravillas en el continente literario (Caracas, Ediciones de la Casa de Bello, 1991), pp.14-15
3.↑ Víctor Bravo, Magias y maravillas en el continente literario (Caracas, Ediciones de la Casa de Bello, 1991), p. 13
4.↑ cfr. Material de lectura, 28: Massimo Bontempelli
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Realismo_m%C3%A1gico"
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Boom Latinoamericano
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Contenido [ocultar]
1 Antecedentes históricos
2 Las influencias literarias
3 Orígenes
4 Señas de identidad
4.1 Realismo Mágico
4.2 La ficción histórica
5 Principales representantes
5.1 Julio Cortázar
5.2 Carlos Fuentes
5.3 Gabriel García Márquez
5.4 Mario Vargas Llosa
6 Otras Figuras
7 Editorial de América Latina
8 Crítica
9 Impacto
9.1 El Post-Boom
10 Véase en
11 Consecuencias
12 Notas
13 Referencias

[editar] Antecedentes históricos

Gabriel Garcia Marquez personaje principal del Boom latinoamericano.Los años 1960 y 1970 fueron años de agitación política en toda América Latina, en un clima político y diplomático fuertemente influenciado por la dinámica de la Guerra Fría. Este clima sirvió de base para los trabajos de los escritores del boom latinoamericano, y definió el contexto en el que sus ideas, a veces radicales, tenían que funcionar. La Revolución Cubana en 1959 y los intentos frustrados de Estados Unidos de atravesar la Bahía de Cochinos puede considerarse como el inicio de este período.[1] La vulnerabilidad de Cuba llevó a estrechar lazos con la URSS, dando lugar a la crisis de los misiles en Cuba de 1962, cuando los estadounidenses y los sovieticos se acercaban peligrosamente a la Guerra nuclear.[2] A lo largo de los años 1960 y 1970, regímenes militares autoritarios gobernaron Argentina, Brasil, Chile, Paraguay, Perú y muchos otros países. Por ejemplo, el 11 de septiembre de 1973, el Presidente democráticamente electo Salvador Allende en Chile fue derrocado y reemplazado por el general Augusto Pinochet, que habría de gobernar hasta el final de la década de 1980.[3] [4] [5] Muchos tienen la creencia que estos gobiernos cooperaron entre sí en términos de tortura o eliminación de opositores políticos para "disponer de sus órganos" en la llamada Operación Cóndor."[6]

En el período comprendido entre 1950 y 1975 se produjeron cambios importantes en la forma en que la historia y la literatura se plantean en términos de interpretación y escritura.[7] También se produjo un cambio en la auto percepción del español por novelistas estadounidenses. El desarrollo de las ciudades, la mayoría de edad de una clase media grande, la Revolución Cubana, la Alianza para el Progreso, un aumento en la comunicación entre los países de América Latina y una mayor atención a América del norte de los Estados Unidos y Europa contribuyeron a este cambio.[8] Los acontecimientos políticos más importantes de la época eran los golpes de Estado en Cuba en 1959 y en Chile en 1973, la caída del general Perón en Argentina, la lucha violenta y prolongada de la guerrilla urbana, brutalmente reprimidas en Argentina y Uruguay, y la violencia sin fin en Colombia[7] también se ven afectados los escritores, ya que genera las explicaciones, o testimonios, o proporcionan un contexto preocupante por su trabajo.

La mayor atención prestada a los novelistas españoles de América y su éxito internacional en la década de 1960, un fenómeno que se llamó el Boom, afecta a todos los Escritores y Lectores en ese período. Lo que principalmente llevó escritores juntos y se centró la atención del mundo sobre la América española fue el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, que prometía una nueva era. El período de euforia se puede considerar cerrada cuando en 1971 el gobierno de Cuba endureció su línea de partido y el poeta Heberto Padilla fue obligado a rechazar en un documento público su llamado visitas decadente y desviadas. El furor sobre el caso de Padilla puso fin a la afinidad entre los intelectuales españoles de América y el mito de inspiración cubana.[9] El caso de Padilla es considerado por algunos como han señalado el comienzo del fin del auge del Boom Latinoamericano.[10]

[editar] Las influencias literarias
El auge de la literatura latinoamericana comenzó con los escritos de José Martí, Rubén Darío y las salidas modernista de José Asunción Silva en el canon literario europeo. En Europa escritores modernistas como James Joyce también han influido en los escritores del Boom, al igual que los escritores latinoamericanos del movimiento Vanguardia.[11] Elizabeth Coonrod Martínez sostiene que los escritores de la Vanguardia fueron los precursores de la verdad a la pluma, la escritura novelas innovador y desafiante antes de Borges y otros de la idea convencional de que las principales inspiraciones de América Latina para el movimiento de mediados del siglo XX.[12]




Con el éxito de la pluma, el trabajo de una generación anterior de escritores tuvo un acceso a un público nuevo y ampliado. Estos precursores son: Jorge Luis Borges, Miguel Ángel Asturias y Alejo Carpentier, Juan Carlos Onetti y Juan Rulfo.[13]

[editar] Orígenes
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Aunque la mayoría de los críticos coinciden en que el boom comenzó en algún momento del 1960, hay cierto desacuerdo en cuanto a que el trabajo debe ser considerada la primera novela de Boom. Algunos (como Alfred McAdam) comenzaría con "Rayuela", de Julio Cortázar(1963), mientras que otros prefieren la de Vargas Llosa La ciudad y los perros que ganó el Premio Biblioteca Breve en 1962.[14] Fernando Alegría considera de Augusto Roa Bastos Hijo de hombre de la obra inaugural del auge, aunque, como señala Shaw", que fue publicado en 1959."[14] Se podría, sin embargo, aún se remontan a 1949 obra de Miguel Ángel Asturias en Hombres de maíz.[15]

Otra variación es articulada por Randolph D. Pope: "La historia del auge podría empezar cronológicamente con Miguel Ángel Asturias, El señor presidente (publicado en 1946, pero comenzó en 1922). Otro punto de partida podría ser" de Sabato "El túnel"(1948) o de Onetti "El Pozo" (1939). O ir aún más atrás, a los movimientos vanguardistas de la década de 1920. Sin embargo, los escritores del Boom declarado huérfano y sin ningún modelo autóctono, atrapado entre su admiración por Proust, Joyce, Mann , Sartre y otros escritores europeos y su necesidad de tener una voz español de América, aunque rechazó los más respetados escritores españoles de América Indigenistas, Criollistas, y Mundonovistas."[9]

Los representantes más importantes del Boom afirmaron que eran un "huérfano" generación literaria, sin un "padre" latinoamericano de influencia, sin embargo, que deben gran parte de su innovación estilística a los vanguardistas.[16] Jean Franco escribe que la las marcas Boom "la negativa a identificarse con las zonas rurales o con las narraciones anacrónicas, como la novela de la tierra."[17]

[editar] Señas de identidad
Las novelas del boom son esencialmente modernistas. Tratan al tiempo de una manera no lineal, suelen utilizar más de una perspectiva o la voz narrativa y cuentan con un gran número de neologismos (la acuñación de nuevas palabras o frases), juegos de palabras e incluso blasfemias. Como escribe el Papa, en referencia al estilo de la Pluma: "Se basaba en una superposición cubista de diferentes puntos de vista, hacía tiempo y el progreso lineal cuestionable, y que era técnicamente complejo. Lingüísticamente segura de si misma, se utiliza la lengua vernácula, sin excusas."[18] Otras características notables del Boom son el tratamiento de los ajustes, tanto rural y urbano", el internacionalismo, el énfasis tanto en la histórica y la política, así como "interrogatorio de regionales, así como, o más, identidad nacional, el conocimiento de hemisferio en todo el mundo, así como las cuestiones económicas e ideológicas; polemicas, y la oportunidad."[19] literatura Boom rompe las barreras entre lo fantástico y lo mundano, la transformación de esta mezcla en una nueva realidad. De los escritores del boom, Gabriel García Márquez está más estrechamente relacionada con el uso del realismo mágico, de hecho, se le atribuye traerlo "de moda" después de la publicación de Cien años de soledad en 1966.[20]

[editar] Realismo Mágico
Véase también: Realismo mágico
En los extremos de la literatura, Brett Levinson afirma que el realismo mágico, "un modo estético clave dentro de la ficción reciente de América Latina ... se materializa cuando la historia de América Latina se revela como incapaz de explicar su propio origen, una incapacidad que tradicionalmente representa ... una demanda de un mito: los mitos como un medio para explicar los principios que escapan a la narración de la historia."[21] Los escritos de los Cronistas de Indias, representa lo exótico "nuevo mundo" y sus relatos de la conquista de nuevas tierras extrañas se aceptó como la historia.[22] Estas historias fantásticas a menudo ayudó a conseguir una nueva estética, que se transformó en el realismo mágico y "(tal como la concibió Alejo Carpentier), el realismo maravilloso o lo real maravilloso. De acuerdo con esta estética, las cosas irreales son tratadas como si realista y cosas mundanas, y mundanos como elementos si Parcelas irreal., mientras que a menudo se basan en experiencias reales, incorporar extraña, fantástica y legendaria, los pueblos ajustes míticos, especulativo, y los personajes que, aunque plausible, también podría ser irreal, y combinar la verdad, lo imaginario y lo inexistente, de manera tal que son difíciles de separar."[23]

[editar] La ficción histórica
Un interés por la historia es otra característica de las novelas del período de auge.[24] El paradigma de ello es la Novela del dictador, donde las figuras y acontecimientos históricos fueron retratados de manera que las conexiones entre ellas y los acontecimientos contemporáneos en América Latina no podía ponerse en duda. Un ejemplo es el de Roa Bastos Yo el Supremo, que representa el siglo 19 la dictadura paraguaya de José Gaspar Rodríguez de Francia, pero fue publicado en el apogeo del régimen de Alfredo Stroessner, escribe que "los novelistas del Boom se mostraba una comprensión sofisticada de la capacidad de su género para describir la historia paralelas y alternativas. Y participaron activamente en los debates culturales y políticos de la región que cuestionaron el significado y el valor de la historia."[25]

[editar] Principales representantes
Quién es y quién no debe ser incluido en el auge ha sido ampliamente debatido y no resuelto. Por otro lado, algunos escritores que ejerce gran influencia e indiscutible. Aunque los nombres de muchos otros escritores pueden añadirse a la lista, el siguiente no puede ser omitido:

[editar] Julio Cortázar
Julio Cortázar nació en Bélgica en 1914 y vivía con sus padres en Suiza hasta que se mudó a Buenos Aires a la edad de cuatro.[26] Al igual que otros escritores del boom, Cortázar llegó a cuestionar la política de su país: su oposición a Juan Domingo Perón lo llevó a dejar su puesto de profesor en la Universidad de Mendoza y en última instancia, a su exilio.[27]


Julio Cortázar.Se trasladó a Francia, donde pasó la mayor parte de su vida profesional y, en 1981, se convirtió en un ciudadano francés.[28] como García Márquez, Cortázar apoyo al gobierno cubano de Fidel Castro, así como de la izquierda el presidente chileno Salvador Allende y dejó a otros movimientos de ultraderecha, como los sandinistas en Nicaragua.[28]

Cortázar fue influenciado por Borges, así como de Edgar Allan Poe.[29] Fue tal vez el mejor escritor de todos los autores del Boom. Su obra más importante, y el que lo catapultó al reconocimiento internacional, es la novela altamente experimental Rayuela en (1963).[28] Esta se compone de 155 capítulos, 99 de los cuales son "fungibles", que se puede leer en varios pedidos de acuerdo a la predilección de los lectores.

Sus otros trabajos incluyen las colecciones de cuentos cortos Bestiario (1951), Final del juego (1956), Las armas secretas (1959), Todos los fuegos el fuego (1966). También escribió novelas como Los premios (1960) y La vuelta al día en ochenta mundos (1967), y el inclasificable Historias de cronopios y de famas (1962). Cortázar murió en París, Francia en 1985.


[editar] Carlos Fuentes

Carlos Fuentes.Carlos Fuentes comenzó a publicar en la década de 1950.[30] Él es el hijo de un diplomático mexicano y ha vivido en ciudades como Buenos Aires, Quito, Montevideo y Río de Janeiro, así como Washington D. C..[31] Sus experiencias lucharon contra la discriminación de México en los Estados Unidos le llevó a examinar más de cerca la cultura mexicana.[32] Su novela La muerte de Artemio Cruz (1962) describe la vida de un ex revolucionario mexicano en su lecho de muerte, cambios innovadores que emplean en un punto de vista. Otros trabajos importantes incluyen La región más transparente (1959), Aura (1962), Terra Nostra (1975), y el post-Boom novela Gringo Viejo (1985).

Fuentes no sólo escribió algunas de las novelas más importantes de la época, también fue un crítico y publicista de la América española. En 1955, Fuentes y Emmanuel Carballo fueron fundadores de la Revista Mexicana de Literatura, que introdujo los latinoamericanos a las obras modernistas de Europa y las ideas de Jean-Paul Sartre y Albert Camus.[33] En 1969 publicó la obra crítica importante, La nueva novela hispanoamericana. Fuentes ocupó el cargo de profesor de literatura latinoamericana en la Universidad de Columbia (1978) y en Harvard (1987).[34] En una ocasión dijo que "el llamado Boom, en realidad, es el resultado de cuatro siglos, literariamente, llegado a un momento de urgencia en que la ficción se convirtió en la manera de organizar las lecciones del pasado."[35]


[editar] Gabriel García Márquez

Gabriel García Márquez.Gabriel García Márquez es sin duda el de mayor proyección internacional de los escritores del boom. Empezó como periodista y ha escrito muchos aclamado-ficción y relatos cortos; sus escritos publicados antes eran historias cortas que aparecían en el diario El Espectador de Bogotá en la década de 1940.[36]

Él es mejor conocido por novelas como Cien años de soledad (1967) y El otoño del patriarca (1975), El coronel no tiene quien le escriba (1962), y post-Boom, como El amor en los tiempos del cólera (1985). Que ha logrado elogios de la crítica y éxito comercial general, sobre todo para la introducción de lo que se ha denominado realismo mágico para el mundo literario. Experimentó con los métodos tradicionales más o menos a la realidad, de modo que "el más espantoso, las cosas más insólitas se dice con la expresión impasible".[37] Un ejemplo comúnmente citado es el físico y espiritual de ascender al cielo de un personaje, mientras que cuelga la ropa a secar en Cien años de soledad. García Márquez, es ahora considerado como uno de los autores más significativos del siglo XX, como lo atestigua su galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1982.


[editar] Mario Vargas Llosa

Mario Vargas Llosa.Mario Vargas Llosa es un novelista peruano, cuentista, dramaturgo, periodista y crítico literario y político.[38] Estudió en la Universidad de San Marcos en Lima y, posteriormente, alcanzar un doctorado en literatura latinoamericana en España.[39] De hecho, su tesis fue sobre Gabriel García Márquez.[40] Él saltó a la fama con su novela La ciudad y los perros (1963), una mordaz crítica de la crueldad y la corrupción en una academia militar peruana (y, por extensión, en la sociedad peruana).

Vargas Llosa también escribió La casa verde (1966), Conversación en La Catedral (1969), Pantaleón y las visitadoras (1973), y post-Boom novelas como La tía Julia y el escribidor (1977). Vargas Llosa regresó a Lima en 2000, tras la renuncia del presidente Fujimori, quien ganó las elecciones de 1990 del Perú, superando a Vargas Llosa.[40]


[editar] Otras Figuras
Otros autores han sido asociados con el Boom. Juan Rulfo, el autor de dos libros, sólo uno de ellos una novela, fue el maestro reconocido incorporado a posterior, un escritor que los saldos de preocupación social, la experimentación verbal y un estilo único. Augusto Roa Bastos de Paraguay, escribió Hijo de hombre, considerado por algunos como la primera novela del Boom. Su altamente experimental, Yo el Supremo ha sido comparado con el Ulises de Joyce, y es "una de las obras más respetadas de la historia de ficción que ha dado América del Sur."[41] Manuel Puig, argentino, es una figura central, a lo largo de con Vargas Llosa, del mundo editorial Seix-Barral. José Donoso, escritor chileno tanto de la expansión económica y la post-Boom.En su libro, Historia Personal del "Boom", Donoso también menciona a otros escritores asociados con el movimiento. Algunos ejemplos son Jorge Amado, de Brasil, Salvador Garmendia, Adriano González León de Venezuela y David Viñas de Argentina, entre muchos otros.[13]

[editar] Editorial de América Latina
Editorial desempeñado un papel crucial en el advenimiento de la pluma. Las principales casas editoriales con sede en La Habana, Ciudad de México, Buenos Aires, Montevideo, Asunción o Santiago fueron los responsables de publicar la mayoría de las novelas del boom, y estas ciudades se convirtieron en centros importantes de la innovación cultural.[42]

Santiago de Chile, es presidido por la crítica de Alone, mientras que la generación anterior de Benjamín Subercaseaux, Eduardo Barrios, Marta Brunet y Manuel Rojas fueron discretamente sustituido por José Donoso. Otros escritores, como Enrique Lafourcade, tienen un público nacional grande.
Cuba es un centro cultural vivo, primero con el grupo de Orígenes, y luego con Lunes de Revolución.[42]
En Colombia las novelas rurales de Caballero Calderón fueron desplazados por García Márquez, que fue seguido por Álvarez Gardeazábal.[42]
México continúa con una fuerte tradición de escritores regionales y diversas escuelas de la escritura, de Yáñez a Sainz, con novelistas como Luis Spota o Sergio Fernández, el primero de una popular, la otra un refinado escritor, tanto más conocida en México que en el extranjero.[23]
Cabe señalar, sin embargo, que este período se produjo la publicación de novelas del boom en Barcelona, lo que refleja el nuevo interés de las editoriales españolas en el mercado español de América. Sin embargo, como señala Alejandro Herrero-Olaizola, los ingresos generados por la publicación de estas novelas dio un impulso a la economía española, aun cuando las obras fueron sometidos a la censura de Franco.[43] Algunos de los Seix-Barral publicó novelas incluyen Mario Vargas Llosa La ciudad y los perros (1963) y su Pantaleón y las visitadoras (1973), Manuel Puig y Traicionados por Rita Hayworth (1971).[44] Una figura importante "en la promoción de la literatura latinoamericana en España" (y en otros lugares) fue el "super-agente" Carmen Balcells, a quien Vargas Llosa se refiere como "La Mamá Grande de la novela latinoamericana."[45]

[editar] Crítica
Una crítica común de la prosperidad es que es demasiado experimental y tiene una "tendencia hacia el elitismo."[46] En su estudio de la Post-boom, Donald L. Shaw escribió que Mario Benedetti fue muy crítico de los escritores Boom como García Márquez que, en vista de Benedetti, "representan una clase privilegiada que tenían acceso a la cultura universal y por lo tanto fueron completamente representativo de la gente promedio en América Latina."[47] En su artículo sobre la ruptura de Donoso de la Swanson Philip Boom articula otra crítica de la "nueva novela "(es decir, Boom novela): "Aunque era esencialmente una reacción frente a un estancamiento percibe en el realismo convencional, muchos de los experimentos y las innovaciones formales de la ficción moderna se han convertido en características estándar de la escritura moderna, dando lugar a otra forma de tradicionalismo, donde un conjunto de estereotipos se ha sustituido por otro."[48] también criticó a menudo se hace hincapié en el auge de la masculinidad, tanto en el hecho de que todos los representantes del movimiento fueron varones y el tratamiento de los personajes femeninos en las novelas. El énfasis de la ficción Boom en la historia y lo fantástico también ha sido objeto de críticas, ya que se alegó que es demasiado alejados de la realidad de la situación política de América Latina de que se criticara.[49]

[editar] Impacto
El boom tuvo un impacto inmediato, ya que cambió la forma en la cultura latinoamericana fue vista en todo el mundo. El éxito comercial de los escritores del Boom tuvo el efecto de elevar a casi el estatus de estrella de rock en América Latina.[50] Por supuesto, la traducción desempeña un papel importante en el éxito de los escritores del boom, ya que les dio una audiencia mucho mayor. Estos autores siguieron a producir mejores tiendas durante cuatro décadas.[51] Además, el auge abrió la puerta a nuevos escritores de América Latina en términos de la escena internacional. Una prueba de impacto global de la Boom es el hecho de que "arriba y los escritores internacionales que vienen" mirar a la gente como Fuentes, García Márquez o de Vargas Llosa como sus mentores.[51]

[editar] El Post-Boom
Véase también: Post-Boom
Desde la década de 1980 se ha hecho común hablar de post-escritores del boom, la mayoría de los cuales nacieron durante los años 1940, 1950 y 1960. Es difícil situar claramente el Post-boom "como muchos de sus escritores se activa antes del final del boom. De hecho, algunos escritores, como José Donoso, se podría decir que pertenecen a ambos movimientos. Su novela El obsceno pájaro de la noche (1970) se considera, como señala Philip Swanson, "uno de los clásicos de la pluma."[52] Su obra posterior, sin embargo, se adapta con mayor comodidad en el Post-boom.[53] Manuel Puig y Severo Sarduy se consideran escritores cuyas obras representan la transición del auge a la Post-Boom.[54] Es importante señalar que esta inquietud en la categorización se perpetúa por el hecho de que los principales escritores del Boom (Fuentes, García Márquez y Vargas Llosa) continuaron escribiendo y después del final del boom. El auge posterior es distinta de la Pluma en varios aspectos, sobre todo en la presencia de las autoras como Isabel Allende, Luisa Valenzuela, Giannina Braschi, Cristina Peri Rossi, Elena Poniatowska.[55] Mientras que Valenzuela y Poniatowska, fueron activos los escritores durante el período de auge,[56] Allende se considera "un producto de la pluma."[57] Shaw también identifica a Antonio Skármeta, Rosario Ferré y Gustavo Sainz como escritores Post-boom.[58] Los escritores del boom post-desafío de la elitismo percibida del Boom mediante un sencillo, el estilo más legible y volver al realismo.[59]

[editar] Véase en
McOndo
[editar] Consecuencias
Esta transformación contribuyó de igual forma a desarrollar la originalidad y la creatividad de los escritores, ya que la invariabilidad de las narraciones de esa época, y las rígidas reglas que estaban establecidas, habían hecho dormir muy profundamente a la imaginación. El Boom se considera un movimiento ya superado "supuestamente". El fenómeno del Boom explota MIA en España (aunque nace en Latinoamérica) y arrastra consigo a nombres de escritores anteriores a esta explosión que a partir de este momento empiezan a tomar relevancia, como es el caso de Jorge Luis Borges -para muchos el nombre nuclear de la literatura latinoamericana-, Juan Rulfo, Alejo Carpentier y Miguel Ángel Asturias. Además, se establece otro momento que nace después del boom, que ha sido llamado el "Post-Boom", en el cual resuenan los nombres de Isabel Allende, Tomás Eloy Martínez, Laura Esquivel, Luis Sepúlveda, Antonio Skármeta, Bryam Pierre Higuita, entre otros.

[editar] Notas
1.↑ Sens y Stoett, 2002, pp. 64-76
2.↑ Sens y Stoett, 2002, p. 76
3.↑ Aguilar, 2004, pp. 193-97
4.↑ Sens, y Stoett, 2002, p. 290
5.↑ Pilger, 2003, p. 139
6.↑ Aguilar, 2004, p. 187
7.↑ a b Pope, 1996, p. 226
8.↑ Pope 1996
9.↑ a b Pope, 1996, p. 229
10.↑ Herrero-Olaizola, 2007, p. 22
11.↑ Coonrod Martinez, 2001, pp. 2-3, 119
12.↑ Coonrod Martinez, 2001, pp. 1-8
13.↑ a b Donoso, 1972
14.↑ a b Shaw, 1994, p. 360
15.↑ Shaw, 1994, p. 361
16.↑ Coonrod Martinez, 2001, pp. 2-3
17.↑ Franco, 2006, p. 441
18.↑ Pope, 1996, p. 231
19.↑ Nunn, 2001, p. 7
20.↑ Ocasio, 2004, p. 92
21.↑ Levinson, 2001, p. 26
22.↑ Ocasio, 2004, pp. 1-3
23.↑ a b Pope, 1996
24.↑ Nunn, 2001, p. 73
25.↑ Nunn, 2001, p. 211-212
26.↑ Ocasio, 2004, p. 105
27.↑ Ocasio, 2004, p. 106
28.↑ a b c Ocasio, 2004, p. 107
29.↑ Ocasio, 2004, pp. 109-10
30.↑ Williams, 2002, p. 209
31.↑ Ocasio, 2004, p. 119
32.↑ Ocasio, 2004, p. 120
33.↑ Williams, 2002, p. 210
34.↑ Ocasio, 2004, p. 121
35.↑ Fuentes, qtd. Nunn, 2001, p. 122
36.↑ Ocasio, 2004, p. 127
37.↑ McMurray, 1987, p. 18
38.↑ Ocasio, 2004, p. 112
39.↑ Ocasio, 2004, p. 113
40.↑ a b Nunn, 2001, p. 150
41.↑ Nunn, 2001, p. 53
42.↑ a b c Pope, 1996, p. 230
43.↑ Herrero-Olaizola, 2007, p. xxi
44.↑ Herrero-Olaizola, 2007, pp. 65-67, 163
45.↑ Herrero-Olaizola, 2007, pp. 173-74
46.↑ Shaw, 1998, pp. 27-28
47.↑ Shaw, 1998, p. 26
48.↑ Swanson, 1987, p. 521
49.↑ Shaw, 1998, pp. 13, 19
50.↑ Martin, 1984, p. 54
51.↑ a b Ocasio, 2004, p. 89
52.↑ Swanson, 1987, p. 520
53.↑ Swanson, 1987, pp. 520-21
54.↑ Shaw, 1994, p. 361
55.↑ Shaw, 1998, pp. 10, 22-23
56.↑ Shaw, 1998, p. 95
57.↑ Nunn, 2001, p. 157
58.↑ Shaw, 1998, pp. 73, 119, 139
59.↑ Shaw, 1998, pp. 26-30
[editar] Referencias
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Ocasio, Rafael (2004), Literature of Latin America, Westport, CT: Greenwood Press, ISBN 0-313-32001-2
Pilger, John (2003), The New Rulers of the World, London: Verso, ISBN 1-85984-412-X
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Williams, Raymond L. (2002), «Fuentes the Modern; Fuentes the Postmodern», Hispania 85 (2): 209–218, doi:10.2307/4141048, http://links.jstor.org/sici?sici=0018-2133%28200205%2985%3A2%3C209%3AFTMFTP%3E2.0.CO%3B2-H, consultado el 2008-04-01


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Realismo
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El término Realismo puede referirse a:

En filosofía:

Realismo artístico.
Realismo crítico
Realismo científico
Realismo místico
Realismo moral
Realismo existencial
En literatura:

Realismo literario, movimiento literario de la segunda mitad del siglo XIX.
Naturalismo, derivación del movimiento anterior.
Realismo mágico, corriente literaria.
Realismo épico, corriente literaria.
En pintura y otras artes plásticas:

Realismo pictórico, movimiento pictórico del siglo XIX.
Realismo socialista.
Realismo heroico.
Véanse también: Academicismo, Hiperrealismo y Kitsch
En política:

Realismo en política internacional
Realpolitik
En psicología evolutiva:

Realismo, en la teoría de Piaget, una característica del niño preoperatorio.
En otros casos:

Realismo en música.
Cine de realidad
Realismo en fotografía.
Nuevo realismo.
Neorrealismo italiano.
Realismo fantástico, neologismo introducido por Jacques Bergier y Louis Pauwels en su libro, El retorno de los brujos en el año 1960



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miércoles, 9 de junio de 2010

que es una obra literaria

literatura latinoamericana e iberoamericana



}
Historia del
concepto de Ficción
El concepto de mímesis
Artículo principal:
Mímesis
El concepto de
ficción en la tradición occidental está muy ligado al concepto de mímesis,
desarrollado en la
Grecia clásica, en las
obras de
Platón (quien consideraba
a las obras poéticas como imitaciones de los objetos reales, que a su vez eran
imitaciones de las ideas puras) y sobre todo en la
Poética de Aristóteles, en la que el
concepto de mímesis juega un papel esencial. Para Aristóteles, todas las obras
literarias copian a la realidad, de acuerdo con el principio de la
verosimilitud; lo que
diferencia a la
literatura de la historia es que ésta copia
las cosas que han sucedido, y aquélla las que podrían suceder.
Es necesario
insistir que
Aristóteles no dice que la
literatura deba ser la imitación del mundo real, sino la imitación "de las
acciones de los hombres". Esta diferencia es la que permite que lo verosímil
irreal tenga cabida en la literatura.
Paul
Ricoeur
ha subdividido el concepto de
mímesis aristotélico en tres fases:
Mímesis 1: el proceso de configuración
del texto y la disposición de la trama por parte del autor.
Mímesis 2: la
propia configuración del texto, que puede responder o no al mundo exterior.
Mímesis 3: la reconfiguración del mundo del texto que debe realizar el
lector o espectador.
La relación con la catarsis

Artículo principal: Catarsis
La Poética de Aristóteles también
introduce otro concepto muy relacionado con lo anterior: el de
catarsis. La tragedia, al imitar
acciones de personajes buenos que caen en desgracia, logra la implicación
emocional del espectador, quien a través
de la
compasión y el miedo se purifica
interiormente. Dicha reacción emocional tiene su base en la suspensión del
juicio de realidad con respecto a la acción trágica: alguien muy consciente de
la irrealidad de la obra no podría empatizar .
Frente a esta concepción de la
literatura como
catarsis, algunos autores
contemporáneos, en especial
Bertolt Brecht han
propuesto la anulación de la implicación emocional, a través de un
"
teatro épico", una de
cuyas características es acentuar la irrealidad de la representación, exagerando
la distancia entre ficción y
realidad. De esta forma,
Brecht quería lograr que los espectadores realizasen un juicio crítico y
racional de la acción, en
vez de una implicación emocional e irracional.
Lo verosímil en el
Renacimiento Las teorías
aristotélicas de la
ficción fueron recuperadas durante el
Renacimiento, aunque en
muchos casos fueron malinterpretadas o sesgadas. Así por ejemplo, el concepto de
mímesis como "imitación de las acciones de los hombres" fue traducida por
Francesco Robortello, en
un sentido más amplio pero que resultó reductor a posteriori, como "imitaciones
de objetos". Esto supuso que autores posteriores reinterpretasen ese sintagma
como "imitación de mundo real", reduciendo así lo imitable a lo real, en vez de
lo verosímil, como pretendía el propio Aristóteles.
Paradójicamente, la Edad
Media había tendido justamente a lo contrario: a borrar los límites de lo real,
lo irreal o incluso lo inverosimil. Las
vidas de santos o los libros de caballerías eran
sólo dos ejemplos en los que lo real y lo irreal aparecían mezclados e
indivisibles para los lectores de la época. Los eruditos de la época atacaron
fuertemente esta confusión, en especial en el caso de los
libros de caballerías; Miguel de Cervantes, autor
muy consciente de los límites del concepto de
verosimilitud, también
tuvo como primer objetivo al redactar el
Quijote el ridiculizar al
género de los
libros de caballerías por
sus exageraciones y sus absurdos, los cuales sin embargo eran considerados muy
reales por sus lectores.
La literatura moderna: El pacto ficcional Elementos
narratológicos de la Ficción Artículo principal:
Narratología
Aunque
"Ficción" y "Narración" no son términos sinónimos (ya que no toda ficción es
narrativa, ni toda narración es ficticia), la narración sí es el modo
predominante de introducirse en mundos de ficción. De ahí que exista lo que se
conoce como "pannarrativismo", consistente en la aplicación (a veces excesiva)
de las herramientas de análisis narrativo, tradicionalmente desarrolladas en el
campo de la crítica literaria, a cualquiera de las formas en las que puede
manifestarse la ficción: el
cine, el teatro, la televisión, los cómics, los videojuegos...
La
narratología o estudio de
la narración, desarrollado fundamentalmente por las corrientes
estructuralistas a lo
largo del
siglo
XX
, se centra principalmente en cuatro
de los elementos constitutivos de la narración: el
narrador, los personajes, el tiempo y el espacio.
El
narrador

Es la entidad que narra la
historia. Puede ser: - Primera persona(yo): cuando el narrador presencia los
hechos que ocurren en la historia. Generalmente, es el protagonista de la
historia. - Tercera persona(él/ella): cuando el narrador relata los hechos que
le ocurrieron a un
personaje de la
historia.
Los personajes

Los personajes de una narración tienen
características que los definen y los hacen distintos a otros, pueden ser
personajes animales,cosas,estos tienen características de personas (pueden
hablar,pensar,reir,etc..)
El tiempo

[En un texto narrativo indica el
momento en que sucede cada uno de los acontecimientos,pero también señala la
duración de esos acontecimientos . (al amanecer,durante la fiesta etc..)
El
espacio

Es el lugar físico en el que se
desarrollan los acontecimientos (playa,campo,monte,etc..) O el ambiente en el
que transcurre la vida de los personajes (ambiente de
alegría,tranquilidad,etc..)
Acercamientos a la Semántica de la Ficción

El pacto ficcional

Uno de los mayores problemas que
plantea la ficción desde el punto de vista de la
semántica, es decir, del
significado, es el de cómo los lectores o consumidores de ficción podemos no
sólo aceptarla pese a su evidente falsedad, sino además realizar juicios acerca
de la verdad o falsedad de enunciados ficcionales.
La Teoría de los mundos
posibles

La Teoría de los mundos posibles,
desarrollada principalmente por
Lubomir Dolezel e
introducida en
España por Tomás Albaladejo realiza
un acercamiento
semántico al hecho
ficcional, es decir, a través de su significado y no de su forma externa (como
hacía, principalmente, la narratología). Basándose en planteamientos apuntados
por autores como
Leibniz, la teoría de los
mundos posibles sostiene que toda ficción crea un mundo semánticamente distinto
al mundo real, creado específicamente por cada texto de ficción y al que sólo se
puede acceder precisamente a través de dicho texto. Así, una obra de ficción
puede alterar o eliminar algunas de las leyes físicas imperantes en el mundo
real (como sucede en la
ciencia ficción o en la novela fantástica), o bien
conservarlas y construir un mundo cercano -si no idéntico- al real (como sucede
en la
novela realista.
Esta
aproximación semántica a la ficción tiene la ventaja de explicar, además, cómo
es posible realizar juicios de verdad o falsedad acerca de afirmaciones
ficcionales: serían verdaderos aquellos enunciados que cumplen con las reglas
propias del mundo posible creado por la ficción (ej: "Los
robots no pueden dañar al ser
humano
" en las novelas de Isaac Asimov); son falsos
aquellos que las infringen (ej: "Los
hobbits tienen alas" en El Señor de los Anillos).
Secundariamente, la "Teoría de los Mundos posibles" también
es útil para explicar los argumentos establecidos en las
fanfictions, en el que los
autores de determinada
fandom interiorizan las
reglas de ese "mundo posible" en concreto y, conservándolas o modificándolas a
su vez, crean nuevas ficciones dentro del mismo mundo posible.
Géneros de
ficción Por extensión

Por temática
Fantástico:
Cuento de hadas,
Novela de caballerías,
Terror gótico,
Ciencia ficción,
Terror moderno,
Fantasía heroica.
Novela romántica.
Novela de detectives, Novela
negra
, Novela de espías.